sábado, 17 de marzo de 2018

¿Por qué ver Matar a Jesús?


Porque es tratar de dar un final, un sentido a la muerte violenta de alguien que amas.

Porque muestra la cercanía y a la vez la lejanía con esa oscuridad de Medellín. Estás siempre al borde de cruzarla.

Porque es perfecto el ruido como banda sonora.

Porque cuando bajan del mirador, a Paula y Jesús los acompañan unos chicos en cicla, dueños de esas lomas de Medellín. Es una escena poética, luminosa.

Hay belleza en los que no le temen a la muerte.

Por la elección de la directora, Laura Mora, de narrar la historia en una Medellín decembrina, con esas luces, con pólvora. Con esa sonoridad estruendosa.

Porque al final llega la confrontación esperada. Jesús, el monstruo se desarma y se vuelve más que humano.

Porque Matar a Jesús es una oda al padre. Un homenaje que remueve.

Foto: Facebook película Matar a Jesús.

domingo, 25 de febrero de 2018

Toma 1: Diarios



Historias de cámara. 
Por Laura Quiceno.

Toma 1: Diarios.

Hay diarios prohibidos, hay diarios luminosos, hay diarios lúgubres, hay diarios ruidosos, hay diarios silenciosos, hay diarios olvidados, hay diarios lujuriosos, hay diarios estériles. Hay diarios para releer, hay diarios a los que nunca se quiere volver.

domingo, 27 de agosto de 2017

¿Por qué duele Amazona?


Por Laura Quiceno

Porque la mujer antiquísima despierta, esa que ya fue bisabuela, abuela, madre. Esa que viene de un linaje femenino, que reconoce las heridas de otras mujeres como suyas.

Porque la vida y el amor están tan cerca de la muerte, que las lágrimas de Valerie, la protagonista, son las lágrimas de todas las mujeres que sabemos que todas las pérdidas se cargan en el vientre.

Porque recordamos a nuestras madres en las fotos viejas en las que parecíamos una extensión de su regazo. Se ven tan felices y a la vez tan vulnerables, un estado de belleza frágil.

Porque me recuerda las historias que aplazamos contar, esas que están fijas en la memoria y en los diarios, que siempre estamos esperando el momento justo para contarlas, ese momento en que la vergüenza de ser mujeres nos abandone para sanar los dolores ocultos de nuestras bisabuelas y abuelas, que se borren con un grito o con cientos de páginas.

Porque los viajes vienen y van, los caminos se abren y nunca paran de llevarnos a nuestra esencia femenina. Porque siempre nuestras madres cambian el rumbo de nuestras vidas.

Porque la libertad es tan inconmensurable y  tan infinita que ante cualquier final es lo único que nos acompaña.


domingo, 14 de mayo de 2017

“La Revista Paula llevó lo que era privado a lo público”: Paula Coddou.

Paula Coddou. Subdirectora de la revista Paula de Chile.


Por Laura Quiceno

“El agua me salvó”, un artículo con relatos íntimos de sanación en relación con el agua, ‘Pecosas’ una galería fotográfica que hace una oda a las mujeres con manchas, a esas que alguna vez intentaron taparlas con maquillaje, ‘Mala madre', un relato donde María Paz Rodríguez, autora del libro, revela la vida de su abuela lectora y bohemia que renuncia a su papel de madre.

Así es ‘La Paula’, diversa, rompedora y una de las mejores revistas de Iberoamérica desde su creación en los años sesenta en Santiago de Chile.

Su apuesta por mezclar relatos, reportajes y crónicas que ahondan en la realidad chilena (Especial de migrantes-2016) se equilibra con una curaduría de moda, cocina y belleza que llama la atención de las mujeres curiosas a las que no logran encasillarnos con una etiqueta: ¿intelectual, frívola, vulnerable?

“La Revista Paula llevó lo que era privado a lo público, lo que ha estado pasando hace cinco décadas, que las cosas que eran privadas, ahora ya son públicas, seguramente la gente se hacía abortos, era infiel, pero todo eso hoy se discute, antes pasaba que la homosexualidad y todos esos temas que hacen parte de la agenda eran del ámbito privado y la revista lo explicitó.” señala Paula Coddou, subdirectora de la revista Paula, con una larga trayectoria en medios chilenos como Sábado, Qué pasa y Revista Cosas.

En el 2017, Paula cumple 50 años contando las historias de las mujeres chilenas, desde las primeras crónicas sobre la píldora o una mujer infiel, hasta el dilema de congelar o no congelar los óvulos, sus páginas atraviesan la vida de las mujeres que asistimos expectantes a cada uno de los ciclos de la vida.

“Paula partió como un experimento, con la Delia que era una mujer súper de avanzada para la época, sin embargo, ves en el primer ejemplar que firmaba como ‘Delia Vergara de no sé quién’, ‘Isabel Allende de’, y se arma un grupo muy virtuoso donde se juntaron la Isabel Allende con la Amanda Puz, mujeres muy progresistas para su época”

Hablé con Paula Coddou sobre los retos para 50 años de nuevas historias.

¿Por qué la aparición de la Revista Paula fue tan rompedora a finales de los sesenta en Chile?

Porque no había una revista parecida a Paula en Chile, las revistas eran mucho más tradicionales, orientadas a la mujer y el hogar, a la familia, revistas para la mujer de los cincuenta, no recogiendo lo que estaba pasando en los sesenta.

En 1967 cuando nace Paula, el mundo estaba cruzado por el movimiento hippie, la Guerra de Vietnam y la píldora, cuando nace Paula no tenía la intención de ser tan rompedora, la directora de ese entonces, Delia Vergara, dice que es la revista de los tiempos que les tocaron.

Te voy a contar la anécdota con Delia. Roberto Edwards tenía una editorial y él se fijó en ella en un almuerzo porque la encontró muy divertida. Estaban en la playa y un sacerdote hablaba sobre el matrimonio y las relaciones de pareja, en ese momento interrumpe una mujer joven y le dice: ¿Usted de que habla?, si nunca se ha casado y Roberto Edwards la vio y dijo: Ella tiene que ser la directora de Paula.

En el segundo número partieron con un reportaje: ¿Debo tomar la píldora?, que para ese tiempo era bastante revolucionario porque la Iglesia no la aprobaba y después entrevistaron a una mujer infiel. Era rompedora la Paula en esa época, pero estaba recogiendo los cambios de la sociedad chilena. La Paula supo interpretar muy bien el espíritu del tiempo en que nació.


¿Una entrevista que recuerde de esas primeras ediciones?

Justo ahora estaba revisando ejemplares pasados porque la revista cumple 50 años en el 2017. Uno sobre el aborto fue el que más llamó mi atención, porque el uso de la píldora no se lo cuestionaron tanto las mujeres en los sesenta como se lo cuestionaron las mujeres en los noventa.

Las mujeres de mi generación, por ejemplo, fuimos mucho más conservadoras que nuestras mamás, porque fuimos los hijos del régimen militar y teníamos el trauma del desorden, del quiebre que hubo en el país y a principios de los noventa cuando volvió la democracia, mi generación era mucho más conservadora, pero creo que en los sesenta cuando salió la píldora fue tan revolucionario para las mujeres solteras y casadas, de no tener ocho hijos como única opción de vida que las mujeres abrazaron esa novedad felices.

En el quinto y sexto numero hablaron sobre aborto con una transparencia, una mujer que había tenido un aborto traumático, otra que no lo encontraba tan traumático. Me llamó la atención el tono, no era un tono de juzgar.

La Revista Paula llevó lo que era privado a lo público, lo que ha estado pasando hace cinco décadas, que las cosas que eran privadas, ahora ya son públicas, seguramente la gente se hacía abortos, era infiel, pero todo eso hoy en día se discute, antes pasaba que la homosexualidad y todos esos temas que hacen parte de la agenda pública eran del ámbito súper privado y la revista lo explicitó.

¿Desde el nacimiento de Paula hasta hoy nos siguen interesando a las mujeres los mismos temas?, ¿o cuáles temas se posicionan en la agenda, nuevos?


El tema de la maternidad visto desde el nuevo feminismo, desde la lactancia, no lactancia, siguen siendo temas súper presentes, lo que pasa es que el tema hoy puede ser: ¿quiero o no quiero ser madre?, un tema inimaginable antes.

Una socióloga escribió sobre ‘madres arrepentidas’, con un tema como ese antes te podían lapidar, si tu decías que estabas arrepentida de ser madre. Creo que son fenómenos que nos siguen interesando. El tema del amor, desde otra óptica, o el derecho a estar sola, ¿puedo o no puedo estar sola? y la presión por decidirlo.

Antes las mujeres se preguntaban ¿debo o no debo tomar la píldora? y la pregunta de muchas mujeres hoy es: ¿debo o no debo congelar óvulos?, por ejemplo. Esa es una pregunta para la mujer de treinta años hoy: "se me está yendo el tren", "¿me iré a casar o no?" El camino para la mujer hoy es mucho menos claro, tú antes sabías que te ibas a casar, que ibas a hacer mamá, probablemente que también ibas a ser profesional, pero hoy en día todo está en cuestión. Todos los pilares se han ido remeciendo, pero en el fondo siguen existiendo preguntas sobre los mismos temas: maternidad, matrimonio, realización profesional.

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¿Cómo logran esa combinación entre moda, belleza con unos reportajes y crónicas sobre educación en casa, historias de mujeres?, ¿cuál es la clave de ese equilibrio?

Paula nació con una vocación de buen periodismo, buenas firmas, buenas entrevistas. Mucha gente dice que Paula es el Vogue chileno, pero no fue pura moda, la moda fue una cosa acotada dentro de la propuesta, después en los años ochenta, y por la época en que estaba Chile, con mucha cultura, algunos reportajes de denuncia (mujeres en la cárcel, alcoholismo femenino) pero en los noventa, la Revista tenía el concurso Miss Chile que se acaba y llega Alexandra Edwards, la hija de Roberto Edwards a la dirección, y la Alexandra hace una apuesta por el buen periodismo, y viene un impulso para la revista y con los directores que siguieron, especialmente la Paula Recca que marca mucho la pauta con reportajes trascendentes e investigaciones.

Paula es un ícono femenino, pero también es una revista unisex, es para una mujer a la que le interesa el periodismo, la política, los perfiles. Yo trabajo hace año y medio en Paula y mi función es resguardar mucho la parte periodística porque es lo que la ha hecho muy importante. Siempre está de finalista en los concursos de reportaje y hay una gran libertad editorial, porque tu acá puedes investigar los temas que tu sientes tienen que ir. No hay mucha restricción.

La revista es como la mujer de hoy: frívola, puedes preocuparte por la ropa, pero a la vez, te puede fascinar leer un reportaje duro, de política, hoy la mujer está copando todos los espacios. Está pensada para una mujer inteligente, e incluso la veo como una revista para cualquiera, para todos, no la veo como una revista de mujeres. Otra parte muy importante es la cocina, de mucha calidad, las producciones están súper bien hechas, con fotógrafos muy buenos, la revista tiene un prestigio en cocina muy grande, por los libros que ha sacado y eso es muy Paula, la espectris cocina.

De repente hay gente que dice esta revista es rara porque tiene reportajes súper duros con moda, con cremas, y sobre todo ahora que vamos a cumplir 50 años hemos discutido mucho sobre cuál va a ser el estado de ánimo de la revista, y como siento que va a cumplir los 50 años y va a entrar al segundo tiempo de su vida, si la revista Paula fuera una mujer sería una mujer inteligente, bella y elegante.

¿Cuántas mujeres integran la sala de redacción y cómo son esos debates para definir la pauta, los temas?

Nosotros hacemos cada 15 días una pauta, partimos con una evaluación del número que se terminó, cada una evalúa su trabajo y el de sus compañeros, y después hay números ordinarios y otros números especiales, como el de madres que es muy grande, o el especial moda. Lo divertido de la revista es que hay muchos debates porque tenemos distintas edades, orígenes, y maneras de mirar la vida. Hay gente más conservadora, otra más liberal, igual se discute y ahora estábamos discutiendo de si era novedoso o no hablar si la maternidad te puede pesar, y una periodista muy joven decía que lo encuentra súper aburrido porque hace tres años en todos los blogs del mundo se transparenta que las mujeres también sufren al ser madres o que no quieren ser madres.

Yo trabajaba antes en la Revista Sábado del Mercurio donde no existía esta polémica, por ejemplo, una escritora que se llama Lina Meruane escribió una columna que se llamaba ‘Contra los hijos’, sobre por qué las mujeres tenemos esta cosa de imponer las ideas, también está el tema del feminismo, qué es y qué no, a la que es más liberal le molesta la ley de cuotas, por ejemplo, considera que el Estado no tiene por qué darte un cupo si tú ya llegaste a cierto lugar, hay otra gente que es muy pro cuotas.

El periodismo es bien de mujeres en Chile. Las periodistas son súper poderosas, mira a la Mónica González, ese es el tipo de jefas que tuve en mi carrera en Chile, no tengo que pedirle permiso a nadie para nada, pero en otros ámbitos hay bastante discriminación.

Hablemos ahora de los retos, van a cumplir 50 años, han mirado otros países de América Latina. ¿Incluirlos en sus contenidos?

La revista ha potenciado mucho su página web y ahí hay muchos desafíos interesantes, porque los periodistas, la mayoría, todavía piensan en papel, entonces hacer el sitio web más multiplataforma, es un desafío súper grande para los próximos 50 años.

Paula es una revista, pero es una marca también, tiene feria, es un estilo de vida, de alimentación. El desafío entonces es definir qué mantienes y que cambias, por eso te hablaba del estado de ánimo, si la revista debe ser más liviana o no, y en eso estamos trabajando todavía, estamos leyendo mucho del pasado de la revista para proyectar el futuro.

El año pasado hicimos un número sobre inmigrantes que fue un hit, y surgió porque las calles de Santiago de Chile han cambiado, ves gente de color, con sus pelos, sus comidas y nadie había hablado sobre cómo la cultura chilena ha cambiado con los inmigrantes, entonces ahí nos hicimos cargo de América latina, pero desde acá, con historias potentes. Chile ha cambiado mucho por la migración y va a seguir cambiando.

Es una revista vanguardista que va olfateando lo que viene y lo que hemos tratado de hacer también es que sea más contingente, que la revista sea más necesaria, que siga siendo como un calmante debajo de la lengua, por un lado, que tú la leas y sea linda, pero que a la vez sea súper periodística. Creo que el desafío siempre es: ¿por qué tengo que seguir leyéndola?

¿Cuál es su mayor sueño en la publicación?

Crecí leyendo Paula, en los años ochenta estaban la Revista Paula y la Revista Cosas, que tenía más política. Me costó decidirme porque yo venía de una revista mucho más mixta, en cuanto equipo y en cuanto a tema.

Lo que más me sedujo de Paula es la mezcla de temas que a mí me entretienen, me encanta la moda, la cocina, te permite pensar con el abanico más amplio, con la cultura, con los libros, y por otro lado, la tremenda libertad que uno tiene acá para ir creando cosas nuevas. Es una revista muy libre que va reinventándose todo el tiempo. 

El desafío es aportar mi visión a una revista de mujeres, yo vengo como de otro mundo, y darle mucha más actualidad a la revista, eso fue lo que me pidieron cuando llegué. Reconectarla con el mundo del poder, no sólo que sea entretenida, sino poner temas de conversación en la mesa, golpear al estilo Paula, con temas súper propios. Que la revista siga siendo trascendente, importante e imperdible.