Por Laura Quiceno
@Lauquiceno
10 de marzo de 2014. Llega un correo de la Embajada de Argentina en
Colombia contando sobre la visita del fotógrafo Ignacio Lehmann: “El fotógrafo argentino Ignacio Lehmann, creador del proyecto internacional
100 WORLD KISSES ha llegado a Colombia para fotografiar 100 besos y narrar cada una de sus historias en las
calles colombianas”, lo señaló como destacado y sigo leyendo los mensajes.
Ese mismo día, el 10 de marzo del 2014, se
vuelve viral “First Kiss”. El “experimento” de grabar besos de
desconocidos me da aún más curiosidad por el proyecto de Ignacio: ¿Fotografía
los besos a escondidas o le pide permiso a las parejas? ¿Cómo es fotografiar en
culturas donde no está bien visto besarse en público. Escribo las preguntas y
sigo curioseando.
Cuatro días después, el 14 de marzo se divulga la noticia de
la muerte del marinero que protagonizó la foto más famosa del siglo XX. El beso
con la enfermera en Times Square de Nueva York tras el final de la Segunda
Guerra Mundial.
Fue una semana llena de besos y más besos y la historia de
Ignacio y su proyecto de fotografiar 100 besos en cada ciudad a la que llega no
era una casualidad.
¿Quién es Ignacio? ¿Cuántos años tiene?
¿Quién es Ignacio? ¿Cuántos años tiene?
Ignacio
Lehmann tiene 30 años. Es Embajador de la Marca País Argentina y es el fundador
de 100 World Kisses. Ha fotografiado 1200 besos en ciudades como Hiroshima, New
York, Paris, Londres, Kyoto, Lima, Mexico DF, Buenos Aires, Tokyo, Berlín,
Venecia, Amsterdam, Roma, Bogotá. Cali, Medellín, Venecia y más.
¿Qué piensa de los
besos? ¿Por
qué fotografiar besos?
Pienso
que el beso es un momento mágico de verdadera conexión humana. El beso es
universal y cualquier persona del mundo sin importar su origen, religión o
educación comprenderá su significado. Todos nos parecemos a la hora de besar.
Además de fotografiar besos callejeros también escribo cada una de las
historias de esos besos en mi página de Facebook.
¿Qué
hacía antes de fotografiar besos?
Trabajaba en un museo en
Buenos Aires.
¿No le
ha pasado que caza un beso y se enojan y no te autorizan sacar la imagen?
El
beso es algo muy íntimo e intentar fotografiarlo es algo realmente complejo y
difícil. Me han pasado muchas cosas ya que hace casi dos años que viajo por el
mundo fotografiando besos. En las calles cualquier cosa puede pasar pero yo me
focalizo y concentro en aquellas parejas que desparraman luz y buena onda. En
esas personas que escuchan y se involucran con una propuesta artística
callejera como la mía.
¿Cuáles son los criterios para escoger una pareja
que posé para su lente?
No hay
criterios establecidos, tampoco hay producción en mis fotos. Es decir, todas
las personas fotografiadas me las voy encontrando a medida que camino por las
calles con mi cámara en mano. No hay modelos, ni actores, ni maquillaje.
Me
gusta mostrar las ciudades que visito y también narrar las historias de los
protagonistas de la foto. "¿Cómo se conocieron? ¿Cómo fue su primer beso?
¿Cuáles son sueños?", son algunas de las preguntas que les puedo hacer
para escribir sus historias. Entonces a través de la página de Facebook todos
los seguidores pueden conocer el país y su cultura a través de las historias de
amor de su propia gente. Ahora mismo está sucediendo esto con Colombia y mucha
gente me escribe y me dice que quiere venir aquí a conocer. Eso es maravilloso.
Cuando las historias y las fotos inspiran a viajar, a conocer o a soñar.
NY,
Barcelona, México, Berlin, Londres, Buenos Aires, Tokyo y Bogotá ¿en cuáles
ciudades ha sido más difícil alcanzar la meta de los 100 besos? ¿Por qué?
En
Japón fue muy, pero muy difícil. Los japoneses no se besan en público y fue muy
complicado cumplir mi misión. Pero así suelen ser los sueños. Los rechazos y la
energía negativa siempre andarán dando vueltas por ahí a la hora de soñar.
El
secreto es concentrarse en aquellas personas que sí sonríen y se entusiasman
con la historia que uno tiene para contar. Escuchar es un gran comienzo para
comenzar a soñar. Si bien fue complicado fotografiar besos en Japón también fue
apasionante. Además todos ellos me recibieron muy bien y mis fotos fueron
publicadas en los principales canales de TV, diarios y revistas de Japón.
Y la
más fácil, ¿dónde la gente estaba más abierta?
Todo
depende. La fotografía no es lineal y me cuesta generalizar porque todo cambia
a media que uno viaja. Cambian las calles, los colores, el idioma, las comidas,
la gente y su cultura.
Además
uno también va cambiando y aprendiendo cada vez más. Por ejemplo aquí en
Colombia la gente es muy abierta y relajada con su cuerpo. Sabe demostrar su
cariño y afecto en público y es poco pudorosa.
Además de la foto hay un
componente narrativo ¿cuáles historias te impactaron?
Una de
las historias que más me impactó el beso número 100 de Hiroshima. Es la
historia de una pareja japonesa de 86 y 74 años que sobrevivieron a la bomba
atómica de 1945. Es una historia de amor, paz y esperanza. Me contaron lo que
fue sobrellevar semejante tragedia sin rencor. Pensando en el futuro de sus
hijos y nietos. Escribir esa historia fue muy emocionante para mí y me ayudó a
comprender lo que había sucedido en la guerra por sus propios protagonistas. No
es lo mismo estudiar la guerra a través de un libro, una película o en la escuela
que escuchar un testimonio vivo de uno de los capítulos más oscuros de la
historia de nuestra humanidad.
¿Después
de Bogotá, que ciudad viene?
Ahora
estoy en Medellín y luego seguirán otras ciudades en Colombia hasta alcanzar
los 100 besos.
¿Qué
papel juega la ciudad dentro del beso?
Juega
un papel muy importante porque es el marco del beso y su historia. Cualquier
esquina, plaza, puente, bar puede ser escenario de un beso de mi proyecto. Tomo
fotos durante el día y la noche.
Para más información visita
No hay comentarios:
Publicar un comentario