lunes, 27 de octubre de 2014

"LAS BUENAS HISTORIAS NUNCA TIENEN FECHA DE VENCIMIENTO" BRUNO LAROCCA


Bruno Larocca en entrevista con Ricardo Lorio

Por Laura Quiceno

Regreso a Medellín a los Premios de Periodismo Gabriel García Márquez, entre conversaciones con mi hermana, recuerdos desordenados en un cuarto que poco a poco va cambiando y borra las huellas de mi adolescencia, escucho a los mejores periodistas de Iberoamérica.

Escucho en primera fila la charla de los nominados en la Categoría texto: Eduardo Suárez ( Exxon Valdez: una mancha de 25 años), Alexandra Samper (El secuestro de la chiva) y Bruno Larocca (El caso del doctor Favaloro). Larocca pone Western (Homenaje a Favaloro) de la banda argentina Ataque 77 para explicar parte de su crónica sobre la muerte de René Favaloro, un famoso cardiólogo argentino que se suicida de un tiro en el corazón.

No sabía quién era Favaloro, pero su historia me parece casi literaria y los sonidos de Ataque 77 activan mi curiosidad y me hacen pensar que Bruno es un personaje para mi blog: una mezcla de música y literatura.

Cuando salgo de la charla vuelvo al cuarto que ya no es mi cuarto en Medellín y leo la crónica. Subrayo, me detengo en algunas frases de un texto coral sin sentimentalismos que muestra las voces de los protagonistas: "René Favaloro tenía siempre el ceño fruncido y la mirada de quien atraviesa un vendaval", "Si hay que recordar a Borges cuando hablaba bien de Pinochet, mejor no recordarlo. A Favaloro, salvando las distancias, hay que recordarlo por lo que hizo con el bypass, la docencia y la investigación", "En la tarde fría de un spabado infernal, la noticia de la muerte de René Favaloro, producto de un disparo en el corazón conmocionó a la sociedad argentina. Los periódicos y los semanarios le dedicaron la portada y el motivo de su muerte despertó una gran incógnita" 

La termino de leer, espío a Larocca y descubro algunas entrevistas con algunos de los grandes del rock en Argentina. El Negro García López,  el guitarrista de Charly García y Andrés Calamaro entre otros. Siento que nada es casualidad y su historia me dan ganas de volver a escribir en el blog. Con ustedes Bruno Larroca.



¿Por qué estudiar periodismo?
Si bien estudié periodismo, no creo que sea indispensable o muy necesario hacerlo para trabajar en esta profesión. Hay grandes periodistas que nunca han tomado ni siquiera una clase, como Leila Guerriero, y hoy son considerados referentes para muchos colegas y estudiantes.

¿Cuál fue su primer trabajo, en cuál revista?
Mi primer trabajo fue en la revista Mavirock. Estudiaba periodismo y estaba ansioso por publicar mi primera nota. Compré un ejemplar y escribí un mail ofreciéndome como colaborador. A los dos meses publiqué una nota sobre un grupo musical llamado Kumbia Queers y al año me ofrecieron el puesto de editor.

 Parece que el gusto por la música vino antes que el periodismo. ¿es así?
Mi gusto por la música y el periodismo siempre corrieron en forma paralela y se alinearon en Mavirock. Creo que me gusta el periodismo desde la misma época que me empezó a interesar la música. Crecí escuchando rock: Sumo, Los Fabulosos Cadillacs, AC/DC; y leyendo revistas como Pelo, La García, 13/20 y Rolling Stone; en las que soñaba algún día poder publicar una nota.

¿Qué hay de especial en el periodismo musical y lo que haces ahora en Mavirock?
El periodismo musical me dio la posibilidad de conocer o poder charlar con muchos artistas que admiraba en mi adolescencia y de presenciar un recital para cincuenta mil personas desde un costado del escenario. Y por otra parte, los rockeros muchas veces suelen ser los entrevistados más impredecibles.

¿Qué de fascinante tienen los rockeros, el mundo del rock?
En el mundo del rock no todo es lo que parece o muchas veces uno se imagina. Haber tenido la posibilidad de subirme a varios buses de gira me sirvió para comprobar que no es todo “sexo, drogas y rock and roll”, sino muchas veces lo contrario. Admiro la paciencia de los músicos para llegar a un estadio por la mañana bien temprano, pasar horas probando sonido y ajustando cosas, dar un concierto y, después de una jornada de doce horas, volver a salir a la ruta para empezar al otro día de nuevo con la misma rutina en otra ciudad.

Alguna entrevista con una banda o un músico que recuerdes ¿por qué?
Tengo varias que recuerdo. Una que tengo muy presente fue la que hice con Manu Chao, en Buenos Aires, en 2010. Me sorprendió su amabilidad, buena predisposición y sencillez. Después de casi una hora de entrevista en la que me respondió todo tipo de preguntas, Manu salió a la puerta del bar en el que estábamos y se quedó tomando una cerveza en la calle, con un grupo de desconocidos, hasta que se hizo de noche y lo llevaron en una camioneta hasta el hotel en el que estaba parando.

¿Cómo fue la experiencia con el negro García López, el guitarrista de Charly?
Tuve la oportunidad de entrevistar al Negro García López hace menos de un año, en un set de televisión. Sin duda su muerte fue una gran pérdida para el rock argentino. García López amaba la música y, por sobre todas las cosas, a la guitarra. Esa pasión que tenía por tocar rock and roll se manifestaba en él en todo momento. En esa charlar que tuvimos me contó lo dura que había sido su vida por apostar todo por la música y que por las mañana despertaba a sus hijos tocándoles la guitarra al lado de la cama.

¿Qué significa la muerte de Cerati para el rock?
La muerte de Cerati representa mucho más que la pérdida de uno de los mejores compositores de rock de Latinoamérica. El ACV que lo llevó a quedar en coma en mayo de 2010 lo encontró quizás en su mejor momento creativo. A diferencia de otros grandes músicos como Charly García o Fito Paéz, Cerati estaba atravesando un gran presente. Quizás la muerte lo encontró en el pico de su carrera solista.


Pasemos ahora a tu nominación en los Premios de Periodismo GGM ¿Cómo llega la historia del Doctor Favaloro?  ¿por qué escribir sobre ella?
Llegué diez años tarde, muchas veces los cronistas llegamos tarde, pero creo que las buenas historias nunca tienen fecha de vencimiento. Para la sociedad argentina, el nombre Favaloro siempre representó la figura de un hombre intachable y ejemplar, una especie de prócer de esta época. Y eso fue algo que siempre me llamó la atención. Creo que en esa paradoja que fue su vida y su final, en el suicidio con un disparo en el corazón de un hombre que había salvado miles de vidas con la implementación de la técnica del by pass, había una historia rica para investigar, reportear y contar.

¿Quién fue René Favaloro?
Un hombre inteligente, honesto y ambicioso que dedicó toda su vida a la medicina, se consagró a nivel mundial con el desarrollo de la técnica del by pass y para concretar su proyecto de medicina solidaria en la Fundación Favaloro estuvo siempre cerca del poder político de turno. Para mucha gente, en la Argentina, Favaloro fue un héroe nacional.

¿Qué cuenta la crónica de ese momento de la Argentina del 2000?
La Argentina en el año 2000 comenzó a vivir una de las mayores crisis económicas de su historia que llegó a su pico al año siguiente, con el estallido social que terminó con la renuncia del entonces presidente Fernando de la Rúa. Y en época de crisis, los ajustes y recortes de subsidios y presupuestos de parte del Estado llevaron a la Fundación Favaloro al borde de la quiebra y a un pasivo de varios millones de dólares.

A veces la realidad supera la ficción, ¿desde el momento de su suicidio de un cardiólogo que se suicida con un disparo en el corazón, sabías que ibas a escribir sobre él?
-Nunca supe que iba a escribir sobre Favaloro hasta unos días antes de proponer el tema en la revista Gatopardo. Tampoco recuerdo que fue lo que puntualmente, a mediados de 2012, me motivó a proponer el tema, pero la noticia de su suicidio me impactó desde un primer momento.

¿Cómo reunir tantas voces y no darle protagonismo a una parte, a una visión de la historia?
Creo que en la pluralidad y el balance de lo testimonios muchas veces está el secreto de un buen texto. Darle protagonismo a una parte sería inclinar la balanza, tomar posición sobre el tema, y eso es algo en lo que pienso que un cronista jamás debería caer.

¿Cuánto tiempo duro la investigación?
-El tiempo de investigación y escritura del perfil de Favaloro duró muchos meses, casi un año, aunque fue un trabajo en forma intermitente. Empezó por una extensa búsqueda de archivo y después intenté llegar a las voces y fuentes autorizadas.

¿En cuánto tiempo la escribiste?
No recuerdo exactamente si el tiempo neto de escritura fue de un mes o dos. Es un texto que tuvo tres o cuatro versiones, y entre la primera y la segunda hubo un período de dos meses en el que creí conveniente dejarlo descansar como quien espera unos días que la fruta madure.

Después de la nominación en los premios de Periodismo Gabriel García Márquez ¿cuál es el reto, cuáles historias queres hacer?
-No hay un nuevo reto. Lo único que queda es seguir trabajando, buscando buenas historias, investigando, reporteando y escribiendo como el primer día o con mayor intensidad. Creo que de eso se trata este trabajo.


Lea "El caso del Doctor Favaloro" aquí
http://www.gatopardo.com/ReportajesGP.php?R=199