martes, 1 de abril de 2014

EL FOTÓGRAFO CAZABESOS



Por Laura Quiceno
@Lauquiceno

10 de marzo de 2014. Llega un correo de la Embajada de Argentina en Colombia contando sobre la visita del fotógrafo Ignacio Lehmann: “El fotógrafo argentino Ignacio Lehmann, creador del proyecto internacional 100 WORLD KISSES ha llegado a Colombia para fotografiar 100 besos y narrar cada una de sus historias en las calles colombianas”, lo señaló como destacado y sigo leyendo los mensajes.

 Ese mismo día, el 10 de marzo del 2014, se vuelve  viral “First Kiss”.  El “experimento” de grabar besos de desconocidos me da aún más curiosidad por el proyecto de Ignacio: ¿Fotografía los besos a escondidas o le pide permiso a las parejas? ¿Cómo es fotografiar en culturas donde no está bien visto besarse en público. Escribo las preguntas y sigo curioseando.

Cuatro días después, el 14 de marzo se divulga la noticia de la muerte del marinero que protagonizó la foto más famosa del siglo XX. El beso con la enfermera en Times Square de Nueva York tras el final de la Segunda Guerra Mundial.

Fue una semana llena de besos y más besos y la historia de Ignacio y su proyecto de fotografiar 100 besos en cada ciudad a la que llega no era una casualidad.

¿Quién es Ignacio? ¿Cuántos años tiene?

Ignacio Lehmann tiene 30 años. Es Embajador de la Marca País Argentina y es el fundador de 100 World Kisses. Ha fotografiado 1200 besos en ciudades como Hiroshima, New York, Paris, Londres, Kyoto, Lima, Mexico DF, Buenos Aires, Tokyo, Berlín, Venecia, Amsterdam, Roma, Bogotá. Cali, Medellín, Venecia y más. 

¿Qué piensa de los besos? ¿Por qué fotografiar besos? 
Pienso que el beso es un momento mágico de verdadera conexión humana. El beso es universal y cualquier persona del mundo sin importar su origen, religión o educación comprenderá su significado. Todos nos parecemos a la hora de besar. Además de fotografiar besos callejeros también escribo cada una de las historias de esos besos en mi página de Facebook.

 ¿Qué hacía antes de fotografiar besos?
Trabajaba en un museo en Buenos Aires.

¿No le ha pasado que caza un beso y se enojan y no te autorizan sacar la imagen?

El beso es algo muy íntimo e intentar fotografiarlo es algo realmente complejo y difícil. Me han pasado muchas cosas ya que hace casi dos años que viajo por el mundo fotografiando besos. En las calles cualquier cosa puede pasar pero yo me focalizo y concentro en aquellas parejas que desparraman luz y buena onda. En esas personas que escuchan y se involucran con una propuesta artística callejera como la mía.


¿Cuáles son los criterios para escoger una pareja que posé para su lente?

No hay criterios establecidos, tampoco hay producción en mis fotos. Es decir, todas las personas fotografiadas me las voy encontrando a medida que camino por las calles con mi cámara en mano. No hay modelos, ni actores, ni maquillaje.

Me gusta mostrar las ciudades que visito y también narrar las historias de los protagonistas de la foto. "¿Cómo se conocieron? ¿Cómo fue su primer beso? ¿Cuáles son sueños?", son algunas de las preguntas que les puedo hacer para escribir sus historias. Entonces a través de la página de Facebook todos los seguidores pueden conocer el país y su cultura a través de las historias de amor de su propia gente. Ahora mismo está sucediendo esto con Colombia y mucha gente me escribe y me dice que quiere venir aquí a conocer. Eso es maravilloso. Cuando las historias y las fotos inspiran a viajar, a conocer o a soñar.

NY, Barcelona, México, Berlin, Londres, Buenos Aires, Tokyo y Bogotá ¿en cuáles ciudades ha sido más difícil alcanzar la meta de los 100 besos? ¿Por qué?

En Japón fue muy, pero muy difícil. Los japoneses no se besan en público y fue muy complicado cumplir mi misión. Pero así suelen ser los sueños. Los rechazos y la energía negativa siempre andarán dando vueltas por ahí a la hora de soñar.

El secreto es concentrarse en aquellas personas que sí sonríen y se entusiasman con la historia que uno tiene para contar. Escuchar es un gran comienzo para comenzar a soñar. Si bien fue complicado fotografiar besos en Japón también fue apasionante. Además todos ellos me recibieron muy bien y mis fotos fueron publicadas en los principales canales de TV, diarios y revistas de Japón.

 Y la más fácil, ¿dónde la gente estaba más abierta?

Todo depende. La fotografía no es lineal y me cuesta generalizar porque todo cambia a media que uno viaja. Cambian las calles, los colores, el idioma, las comidas, la gente y su cultura.

Además uno también va cambiando y aprendiendo cada vez más. Por ejemplo aquí en Colombia la gente es muy abierta y relajada con su cuerpo. Sabe demostrar su cariño y afecto en público y es poco pudorosa.  

 Además de la foto hay un componente narrativo ¿cuáles historias te impactaron?

Una de las historias que más me impactó el beso número 100 de Hiroshima. Es la historia de una pareja japonesa de 86 y 74 años que sobrevivieron a la bomba atómica de 1945. Es una historia de amor, paz y esperanza. Me contaron lo que fue sobrellevar semejante tragedia sin rencor. Pensando en el futuro de sus hijos y nietos. Escribir esa historia fue muy emocionante para mí y me ayudó a comprender lo que había sucedido en la guerra por sus propios protagonistas. No es lo mismo estudiar la guerra a través de un libro, una película o en la escuela que escuchar un testimonio vivo de uno de los capítulos más oscuros de la historia de nuestra humanidad.

 ¿Después de Bogotá, que ciudad viene?
Ahora estoy en Medellín y luego seguirán otras ciudades en Colombia hasta alcanzar los 100 besos. 

 ¿Qué papel juega la ciudad dentro del beso?
Juega un papel muy importante porque es el marco del beso y su historia. Cualquier esquina, plaza, puente, bar puede ser escenario de un beso de mi proyecto. Tomo fotos durante el día y la noche

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